FURIA DE TITANES
estreno el 31 de marzo


sábado, 20 de marzo de 2010

SHUTTER ISLAND

TRAS LAS BRUMAS DE LA MENTE HUMANA

Sinopsis: 1954. El agente Teddy Daniels, marshall de los Estados Unidos, es el hombre designado para investigar la misteriosa desaparición de una asesina que se encontraba recluida en una institución psiquiátrica en una remota e inaccesible isla llamada Shutter Island.

Hay casos en los que uno se ve obligado a quitarse el sombrero, y "Shutter Island" (Martin Scorsese, 2009) es uno de ellos. Lo que en un principio puede parecer un sencillo thriller policiaco ambientado en plena Guerra Fría, se nos presenta ya desde el primer fotograma como una obra maestra del cine en general y del cine negro en particular. Todo en "Shutter Island" es brillante, desde la interpretación de un Leonardo Di Caprio que jamás tuvo un papel mejor, hasta la magistral batuta de un director como Martin Scorsese, que ha sabido tocar todos los palos a lo largo de su carrera de un modo verdaderamente insólito, y que le hace a uno compararlo con los grandes, especialmente con Stanley Kubrick. Y digo esto porque, desde el primer momento, la cadencia y la atmósfera del film me hizo acordarme de algún modo -salvando las distancias- de la excelente "El Resplandor" (Kubrick, 1980) y, por qué no decirlo, también de la magistral "Eyes wide shut" (Kubrick, 1999), no por el contenido ni la temática, sino más bien por las formas y por el modo en que está cuidado hasta el más mínimo detalle.
Tal vez ayuda mucho a la comparativa esa atmósfera casi onírica que pesa en todo momento -en ambos casos-, acompañada por una excelente banda sonora omnipresente pero discreta, severa y acentuada, cadenciosa y rítmica en el momento y lugar justos. Un trabajo tras el que, sin lugar a dudas, no sólo se encuentra la partitura y el arte de Robbie Robertson, íntimo amigo y colaborador del director italoamericano, sino también el propio Scorsese en labores de coordinación. Y a ese ambiente onírico, a esa partitura con carácter y personalidad propias, va vinculada la excelente labor fotográfica de Robert Richardson, cuya paleta de colores no sólo contribuye, sino que define per se el carácter y dinámica de la cinta. Y qué decir de los secundarios, coreando de un modo verdaderamente magnífico a un Di Caprio que, a pesar de ellos, lleva todo el peso de la obra.
"Shutter Island" es, en sí misma, una isla de perfección encerrada en sí misma -como su propio nombre indica-. Es un estudio minucioso y detallado del paisaje, no sólo físico, sino también humano, en el que cada paso nos adentra más en las brumas, y parece alejarnos cada vez más de la verdad y de la realidad. Pero ante todo, es un ejemplo que seguir para cualquier cineasta, y una película ineludible para todos aquellos que se consideren amantes del buen cine.