FURIA DE TITANES
estreno el 31 de marzo


viernes, 2 de febrero de 2007

"GHOST RIDER, EL MOTORISTA FANTASMA"

EL HOMBRE QUE VENDIÓ SU ALMA AL DIABLO

Sinopsis: Basado en el popular cómic de Marvel, Ghost Rider: el Motorista Fantasma cuenta la historia de Johnny Blaze, un joven que vive representando espectáculos de acrobacias moteras, y que un mal día se ve obligado a hacer un pacto con el diablo para salvar la vida de su padre y la de su novia. Ese pacto le convierte por las noches en el Motorista Fantasma, un ser sobrenatural con apariencia de esqueleto macarra llameante que se dedica a impartir justicia entre las almas más oscuras, siempre al servicio del malvado Mefistófeles.


Yo soy uno de aquellos lectores generacionales que creció leyendo las increíbles historias del Motorista Fantasma. En aquella época, los editores aún se atrevían a traducir los nombres, y El Hombre Araña, Dan Defensor, la Patrulla X o Los 4 Fantásticos, no tenían menos ventas por presentar su título en español. Tal vez por ello, a pesar de que estos nuevos tiempos parecen requerir indefectible e incomprensiblemente un título en inglés antes que uno en español para asegurarse la taquilla, sus distribuidores nacionales hayan decidido titularla de éste modo (Ghost Rider, El Motorista Fantasma). Así, las nuevas generaciones se sentirán atraídas por el título en inglés, mientras que, las viejas, desempolvaremos recuerdos y añoranzas del pasado y nos dispondremos, una vez más, a vestir de nuevo nuestras almas con negro cuero y a montar en aquella macarrónica motocicleta de ruedas llameantes y manillar de chopper.
Esperé ansiosamente – como muchos – la adaptación cinematográfica de uno de los héroes más extraños y apasionantes de la factoría Marvel, y me sentí defraudado. Lo tenían todo a favor: un personaje a medio camino entre el antihéroe y el villano, una trama oscura y compleja, personajes llenos de personalidad y carisma, y todo un mundo de posibilidades por explorar que, sólo en estos tiempos de control total sobre los efectos especiales, podía llevarse a cabo con éxito. De todo ello, sólo se ha conseguido lo último. Y es que en Ghost Rider, el Motorista Fantasma, falla casi todo. Desde un Nicolas Cage de más inexpresivo que su alter ego, y que es incapaz de mostrar otra cara que no sea la de emparrado, hasta un Wes Bentley que lejos está ya de aquel papel que tan gratamente nos sorprendió en American Beauty, pasando por un Peter Fonda q
ue mejor estaba donde quisiera que estuviese o una Eva Mendes cuyo mayor logro, es alegrar la vista a la parcela masculina, no hay ni uno que se salve. Las escenas de acción, necesariamente espectaculares, no lo son en absoluto. Parece como si su director y guionista (que no es otro que Mark Steven Johnson, quien ya metió su manaza en Daredevil y Elektra) estuviese pensando únicamente en dejarles las cosas fáciles a aquellos que tuviesen que diseñar el videojuego, ya que el hilo narrativo de la historia se ciñe pobremente al enfrentamiento entre Cráneo Llameante (como le llamaba mi querido Spider-Man) y cuatro demonios freakies que no saben ni dónde leches se han metido. La cinta es bastante decepcionante. Y es que, de todo lo que nos ha brindado el Motorista Fantasma después de 35 años rodando por el mundo del cómic, no han sabido aprovechar casi nada. Ya se intuía algo cuando se retrasó su estreno, a pesar de que su rodaje había comenzado a inicios de 2005, y también cuando se oyeron rumores de que era debido a la escasa calidad del producto. Que Mark Steven Johnson fuera su director y guionista, tampoco decía mucho en su favor, pues ya había decepcionado a muchos con Daredevil y al resto con Elektra, por lo que no podíamos sino temernos lo peor. Y, por desgracia, así ha sido.
Lo qué puedo decir en su favor, es que los efectos especiales son brillantes, y que Craneo Llameante está muy logrado. Las escenas nocturnas, y en especial las del cementerio donde se produce el último enfrentamiento, presentan una fotografía y una iluminación muy logradas. Es destacable también la primera escena en que aparece Blackheart, el hijo de Mefisto, y cómo mata al segurata del bar en medio del desierto. Lástima que se quedase en tan poco aun prometiendo tanto.
Y poco más que añadir. Ni siquiera la banda sonora de Christopher Young logra salir de la mediocridad. Y eso que, hace bien poco, nos deleitó con unas notas excelentes en Spider-Man 3. Supongo que tiene razón el dicho y, menos la hermosura, todo se pega.
Ni siquiera han sabido deleitarnos con una buena cantidad de extras en la edición en DVD (al menos en la de alquiler). Unos efímeros, insulsos y políticamente correctos comentarios en off de su director y de uno de sus productores, es todo cuanto nos ofrecen. Esperemos – ¡inocente de mí! – que la versión extendida que ha salido a la venta arregle un poco el tema.
Parece como si a Marvel ya no le importase ya nada más que el dinero. Son conscientes de que cualquier película de superhéroes, hoy, es ya un éxito asegurado. Y aún si no fuera así, a ello le sumarán un relanzamiento asegurado de su protagonista –o protagonistas– con un lavado de cara que les rejuvenecerá 30 o 40 años y les promocionará entre los nuevos lectores que, de otro modo, no leerían los mismos cómic que leyeron sus padres. Mientras tanto, para aquellos que sigan prefiriendo los ordenadores y consolas a los cómic, siempre habrá un videojuego que, como en este caso, seguirá al dedillo el hilo narrativo de la película. En definitiva, dinero, dinero fácil. Y a los fans, que les den. Ya compraron suficientes cómic cuando eran niños. Si no les gusta la película, que vuelvan a leerlos.