FURIA DE TITANES
estreno el 31 de marzo


martes, 10 de marzo de 2009

"UNDERWORLD 3: LA REBELIÓN DE LOS LICÁNTROPOS"

LA GUERRA DE LAS TINIEBLAS

Sinopsis: La tercera entrega de la saga “Underworld” nos llega en forma de precuela, sumergiéndonos en la más pura leyenda, relatándonos con detalle los orígenes de la enemistad primigenia entre vampiros y licántropos. En ella, Sonja, la hija de Viktor, el líder de los vampiros, se enamora de Lucian, un licántropo que fue salvado siendo ap
enas un bebé por el propio Viktor. El amor surgido entre ellos, desencadenará un enfrentamiento entre las dos razas como jamás antes se había visto.

“Underworld 3: la rebelión de los licántropos” (Patrick Tatopoulos, 2009),
se aprovecha del universo creado por Len Wiseman en sus dos cintas predecesoras de 2003 y 2006, para profundizar ligeramente en este mundo de tinieblas, apoyándose en los esbozos que ya pudimos ver durante la segunda entrega de la serie, “Underworld Evolution”. De hecho, poco más nos adentra en la historia, salvo por el hecho de que pueda aportar algunos detalles adicionales más a una historia que, por otro lado, no nos es en absoluto desconocida.
Lo primero que puede llamar la atención al espectador en esta nueva entrega, es el hecho de que no aparezcan ni Kate Beckinsale en el papel principal, ni su esposo Len Wiseman en la dirección –aunque este últi
mo sí lo ha hecho como productor–. Tal vez por ello han optado por la precuela, encubriendo de este modo la ausencia de su actriz principal, que únicamente aparece en un plano final –tal vez incluso rescatado de algún descarte de las anteriores entregas–. Todo esto nos puede llevar a sospechar –con algo de acierto– que esta tercera parte no llegue a estar a la altura de las otras dos, y en cierto modo así es. Es un divertimento que, por suerte, no pretende otra cosa que hacer pasar un buen rato al espectador, especialmente a aquel que se considera un buen amante de las películas del género, recuperando en cierto modo ese espíritu más típico de las películas de serie B o incluso Z, que de las grandes producciones de Hollywood. Así, por ejemplo, los efectos especiales dejan bastante que desear, teniendo en cuenta todo lo que hemos visto durante los últimos dos años por las carteleras, pero no por ello deja de estar en la línea de sus predecesoras. El despliegue de secuencias y movimientos rápidos en las escenas de acción, así como el uso de una fotografía lúgubre plagada de azules metalizados y blancos lunares que comulga plenamente con la estética impuesta en la saga, ayuda notablemente a disimular la falta de presupuesto (40 milloncejos de dólares de nada) a la hora de ofrecernos unos efectos especiales a la altura con estos tiempos. Y es que no hay que olvidar que su director, Tatopoulos, ha sido, no sólo el responsable de los efectos especiales de las dos anteriores entregas, sino también de los de “Soy leyenda”, “Yo, Robot”, “Stargate”, “Independence Day”, “Godzilla” y “10.000”, entre otros, por lo que es de suponer que estamos hablando de alguien con el talento y saber hacer suficientes como para llevar a buen puerto una película como ésta.
Pasando a otras cosas, hay que destacar el encomiable duelo interpretativo entre Michael Sheen y Bill Nighy, dos actores que últimamente han demostrado unas cualidade
s excepcionales en sus interpretaciones, y que ya habían aparecido con anterioridad en la serie. De todos modos, a raíz de algunas de sus últimas películas (“The Queen” y “El desafío: Frost contra Nixon” en el caso de Sheen, y “Love Actually” y “Piratas del Caribe” en el caso de Nighy) los productores han optado por otorgarles un mayor protagonismo aún, si cabe, en esta nueva entrega. Harina de otro costal es la incorporación de Rhona Mitra en el reparto, pretendido e infructuoso contrapunto a la ausencia de Beckinsale que no consigue sino hacernos lamentar su ausencia más aún. Su carácter rudo y su fría mirada, no contribuyen para nada en darle a su personaje el peso necesario para que su relación con Lucian funcione como es debido.
Por todo ello, el espectador debe entender que “Underworld 3: la rebelión de los licántropos”, no busca rizar el rizo, ni exhibe mayores pretensiones que las de hacer pasar un buen rato a los amantes del género. Hay que ser justos con una película que ofrece noventa minutos de entretenimiento puro, desataviada de exigencias autoimpuestas que sólo sirven para entorpecer el resultado. Lo que queda claro, sea como fuere, es que los amantes de la saga “Underworld” disfrutarán sobradamente con esta precuela que, aunque parece ser al mismo tiempo un punto y final a la serie, deja abiertas en cambio todas las posibilidades de un mundo en el que no está, ni mucho menos, todo dicho.