FURIA DE TITANES
estreno el 31 de marzo


martes, 20 de mayo de 2008

"INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL"

EL HOMBRE DEL SOMBRERO HA VUELTO

Sinopsis: Nevada, 1957. Indiana Jones se enfrenta en esta nueva era a un nuevo enemigo: los rusos. Corren tiempos muy diferentes de aquellos lejanos años 30, e Indy debe enfrentarse ahora al peor momento de su carrera: el gobierno le acusa de ser simpatizante de los soviéticos, y en su universidad se ven obligados a darle una salida digna. A punto de abandonar la ciudad, conoce a un joven llamado Mutt, que le pide ayuda para salvar a un antiguo compañero de Indy, el profesor Oxley. Esta nueva empresa llevará al famoso arqueólogo en pos de la Calavera de Cristal, un objeto místico que, según la leyenda, confiere poderes inimaginables a aquel que lo devuelva a la ciudad perdida de Akator. Lo que Indy no sospecha, es que los rusos, comandados por la mística Irina Spalko, también andan tras la ancestral reliquia.

Han sido 19 los años que hemos tenido que esperar para ver de nuevo en acción al que es sin duda alguna el mayor héroe de aventuras del celuloide, y aunque en algún momento nos atenazara el miedo a no encontrar al mismo que dejamos a la salida del Templo de la Media Luna, lo cierto es que al espectador le gratificará enormemente descubrir que Indy sigue estando en plena forma, a pesar de sus ya casi 66 años. “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal” –“Indy 4” a partir de ahora– (Steven Spielberg, 2008) estaba obligada a cumplir el siempre difícil reto de igualar una leyenda, que no es otra que la consagrada trilogía del arqueólogo más famoso de todos los tiempos. George Lucas sabía muy bien lo difícil que podía resultar –véase como ejemplo el de “Star Wars, Episodio I: La amenaza fantasma” (Lucas, 1999)–, y no sólo por el listón fijado por estas leyendas del celuloide, sino también –no se si decir “más bien”– por las elevadas expectativas que preestablecen sus propios fans. Efectivamente, “Indy 4” no ha sido una excepción. Sin embargo, hay que decir que han sabido solventar el dilema con gran maestría.
Las escenas de acción son verdaderamente formidables –sobre todo en los dos primeros tercios de la cinta–, y en una línea al más puro estilo Indy, con una puesta en escena y un montaje absolutamente impecables. Hay, eso sí, ciertas secuencias algo exageradas, si las comparamos con anteriores momentos de la saga, y que pueden llegar a decepcionar al espectador. Y todo porque Spielberg y Lucas han querido enfrentar a Indy con los nuevos tiempos, todo ello en el más puro estilo pulp: la era de los ensayos nucleares, la Guerra Fría, el anticomunismo exacerbado del gobierno de Eisenhower, o incluso los supuestos descubrimientos de vida extraterrestre en los Estados Unidos. Esta cuarta entrega profundiza mucho más en la vertiente histórica, como ya hiciera en su momento “En busca del Arca perdida” (Spielberg, 1981), y profundiza un poco más en la vida de Indy, prosiguiendo así el estilo de “Indiana Jones y la última cruzada” (Spielberg, 1989). Y lo hace retomando al personaje de Karen Allen como Marion Ravenwood –a falta de un Sean Connery que tanto aportó a la saga– y alguna sorpresilla más. Es más que acertada la incorporación del nuevo chico de oro de Spielberg, Shia LaBeouf, que ejerce un poco de puente entre Indy y la década de los 50. Interesante aunque poco aprovechado es el papel de John Hurt como el profesor Oxley, antiguo compañero de carrera de Indy. Un Ray Winstone bastante soso y una Cate Blanchett de lo más artificiosa, completan el elenco de secundarios. La interpretación de Cate Blanchett, a pesar de las expectativas, deja bastante que desear, y se halla lejos de otros malos de la saga, que con menos renombre han desempeñado un papel bastante más acertado. Su profunda e inquietante mirada no ha sido suficiente.


En general, “Indy 4” posee todos los rasgos típicos de la serie, y está llena de guiños que harán las delicias de sus fans, con un guión bastante acertado que, sin embargo, se precipita un poco durante la última media hora de película, rompiendo un poco el buen ritmo del resto de la cinta. El descubrimiento de la ciudad de Akator, no posee la magnificencia de otros descubrimientos emblemáticos de la saga (como el del Pozo de Almas o el Templo de la Media Luna), y tal vez por ello no llega a sorprendernos debidamente. Del mismo modo, la aparición del pueblo amazónico que protege –me imagino que era esa su función– las ruinas de la ciudad, es verdaderamente pobre y breve, muy desaprovechada, a mi parecer. Por otro lado, intenta recobrar el aire casi oscurantista de “Indiana Jones y el Templo Maldito” (Spielberg, 1984), pero por desgracia se queda en un mero intento.

“Indy 4” no es distinta de las otras entregas, y hay que entenderla como lo que es: un film de aventuras lleno de humor y de acción, un folletín al más puro estilo pulp, un tobogán que no pretende otra cosa que mantener al espectador en vilo casi todo el tiempo. Y todo ello con un trasfondo elaborado y acoplado a los nuevos tiempos, con incorporaciones infográficas donde antaño eran puros escenarios naturales y decorados costosos y muy elaborados. Eso sí: la acción sigue siendo puramente física al cien por cien.


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