FURIA DE TITANES
estreno el 31 de marzo


sábado, 23 de enero de 2010

"SOLOMON KANE"

EL HÉROE PURITANO DE ROBERT E. HOWARD

Sinopsis: Basado en el personaje y los relatos de Robert E. Howard, la película nos narra la historia de Solomon Kane, un guerrero puritano del S.XVII que se ve obligado a combatir al mal en sus peores formas, con el propósito de redimir su alma.


Solomon Kane es un personaje completamente atípico, si atendemos al conjunto de los ciclos narrativos de fantasía heroica concebidos por el tejano Robert E. Howard. Lo es, no sólo por ser físicamente opuesto al archifamoso Conan de Cimmeria y al gran Kull de Valusia – e incluso a la guerrera hyrkania Red Sonja –, sino también por presentarnos a un personaje atípico, a un héroe puritano que lucha contra el mal por encima de su propio interés y gloria personales. A diferencia de los otros héroes de Howard, Kane está convencido de que es la “mano de Dios”, y de que su destino es acabar con el mal en la tierra en todas sus formas – entendido el mal como una fuerza superior que teje sus finas redes sobre los mortales –. Su aspecto enjuto y siniestro, pálido y melancólico, lo distancian enormemente del conjunto de la obra de Howard, quien le tenía un cariño especial – no en vano, Solomon Kane es el héroe sobre el que más relatos escribió Robert E. Howard, exceptuando a Conan, claro está –. Hasta aquí, los detalles importantes que conciernen al personaje y a su obra en general.
Ha habido varios intentos por llevar a la gran pantalla a este personaje desde principios de los 90. La fascinación de algunos autores por él, les ha llevado in
cluso a plagiar el personaje, como fue el caso de “Van Helsing” (Stephen Sommers, 2004), al que le pusieron este nombre en lugar del de Solomon Kane dado que no lograron hacerse con los derechos del personaje. Digo esto porque puede que leáis u oigáis críticas que afirman frívolamente que “Solomon Kane” (Michael J. Bassett, 2009) es una burda copia de “Van Helsing”, críticas que manifiestan un claro desconocimiento de lo que es y significa el personaje en realidad. Dicho esto, solo cabe adentrarnos ya en los aspectos estrictamente fílmicos de la obra en cuestión.
Tal vez el punto más débil en todo este asunto, sea un guión falto de matices, plagado de personajes bastante planos pero que no desentonan en absoluto con la esencia de los personajes del mundo de Kane, que no son sino meros co
mparsas de las aventuras del puritano y misterioso personaje. Basset ha intentado dotar al personaje de un origen – algo que en los relatos de Howard no llegamos a conocer –, y luego ha articulado el film en torno a toda una serie de aventuras y desventuras que salpican el metraje con mayor o menor fortuna. Se nota, sin embargo, una falta de originalidad en el desenlace, precipitado y simple, que parece más próximo al enfrentamiento del monstruo final de un videojuego que al supuesto horror al que se enfrenta toda Inglaterra.
Exceptuando estos aspectos negativos, el resto es auténtica belleza digna del mejor cómic. No podemos seguir adelante sin mencionar la inmensa labor artística de Dan Lausten, a quien recordaremos con especial cariño por su trabajo como director de fotografía en películas como “El Pacto de los Lobos” (Christophe Gans, 2001), “La Liga de los Hombres Extraordinarios” (Stephen Norrington, 2003) o “Silent Hill” (Christophe Gans, 2006). La particular concepción visual de esa otra Inglaterra del S. XVII queda perfectamente plasmada gracias a una fotografía magnífica, que no ceja en transmitirnos ese entorno lúgubre y húmedo, acechante y tenebroso que imagino Robert E. Howard para su personaje. A todo ello debemos sumar una correcta y precisa banda sonora, que aunque no llega a impactar en ningún momento, no deja de aportar su granito de arena a la épica narrativa.
Mención a parte merece también el vestuario, muy acertado en lo que a su sincronía histórica se refiere, y bie
n elaborado en su apartado fantástico, pero siempre perfectamente solapado para que no se pueda vislumbrar nada que haga chirriar las diferencias de ambos planos dentro de una misma historia.
La elección de
James Purefoy para el papel de Kane, supone un acierto más. No es un actor demasiado conocido (se le conoce sobre todo por su papel como Marco Antonio en la serie “Roma”), por lo que le confiere al rol cierta personalidad propia e individual. El otro gran acierto en el plano artístico, es la presencia del enorme Max Von Sydow, en un papel breve pero decisivo en la historia.
Solomon Kane es una historia de aventuras a la vieja usanza, un estandarte que enarbola la esencia pura del género conocido como Espada y Brujería, y que inauguró precisamente su creador. Es una historia clásica del Bien contra el Mal, de la fuerza y voluntad humanas contra las presencias oscuras. Es una historia que debe ser entendida como lo que es, sin ningún tipo de pretensión más allá de la mera diversión, y del homenaje a un personaje, un autor y un género que llevaban largo tiempo olvidados.

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