FURIA DE TITANES
estreno el 31 de marzo


lunes, 22 de febrero de 2010

"THE ROAD"

ÉTICA PARA EL FIN DE LOS TIEMPOS

Sinopsis: Basada en la novela homónima de Cormac McCarthy y ganadora del premio Pulitzer, nos sitúa en un mundo postapocalíptico en el que, un padre y un hijo, realizan un largo viaje hacia la costa en busca de un lugar seguro donde asentarse. Pero el trayecto no estará exento de riesgos, y se encontrarán con algunos de los pocos seres humanos que aún quedan vivos. Algunos se han vuelto locos o están enfermos. La mayoría, por desgracia, se han convertido en caníbales que depredan a sus semejantes.

Aunque debo reconocer que no he leído la novela, debo admitir que la labor de John Hillcoat a la dirección es verdaderamente sublime en lo que a intención de adaptación literaria se refiere. Uno puede vislumbrar y entender perfectamente los pasajes de la obra literaria, no sólo a través de esa voz en off tan necesaria que salpica ciertos momentos de la cinta con formidable prudencia, sino también a través de esos trasfondos apocalípticos comedidos pero impresionantes, hundidos en tal amalgama de grises que se podría decir que son las plasmaciones oníricas de un texto en blanco y negro. Un gris de desesperanza y vacuidad que produce una profunda desolación y malestar en el espectador, y que ayuda enormemente a hacernos sentir al borde del fin de nuestra raza. En ese sentido, una merecida congratulación para la excelente labor en la fotografía de Javier Aguirresarobe, quien parece haber encontrado finalmente un hueco definitivo en la Meca del Cine.
Pero sobre todo, debo quitarme el sombrero ante la impresionante labor interpretativa de Viggo Mortensen, quien con esa voz rota y entristecida y esa mirada melancólica y temerosa, logra hacernos conmover hasta extremos pocas veces alcanzados. Y otro diez para Kodi Smith-McPhee en el papel de su hijo, una réplica a la medida de su coprotagonista adulto, y sin el cual el papel de Mortensen perdería gran parte de su valor. Y a su vez se encuentran rodeados de unos secundarios de la talla de Charlize Theron, Robert Duvall o Guy Pearce, ambos gratificados con su particular escena memorable, y que ayudan potencialmente a crear una pléyade de personajes sólidos y reales sin los cuales, no hubiera sido posible hacer creíble un futuro tan desolador.
Hillcoat ha sabido compaginar perfectamente el lirismo narrativo de ciertos pasajes con la fluidez fílmica de los momentos de mayor tensión, sin caer en ningún momento en la arritmia o en la pesadez.
Y no hay que olvidar la fuerza interna del mensaje que pretende transmitir la película -a través de unos personajes intencionadamente sin nombre-, un mensaje esperanzador y trágico a la vez, y en cuya exposición se evalúa la bestialidad inherente al ser humano en contraposición a su idealismo y fuerza intrínsecos, que nos hace capaces de lo mejor y de lo peor. Y esa intencionalidad, desapegada en parte de etiquetas que puedan restarle credibilidad a la historia, es algo que merece otro punto a favor en una obra cuyo conjunto resulta, en conclusión, merecedora de las mejores alabanzas.

2 comentarios:

  1. Ahi la tenim pendent de vore... Per cert, no savia que tenia eixos secundaris. Quin luxe, no?

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  2. Pues si, la veritat. Però es aixó: llàstima que el guió no permeteixca explotar-los més.

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