FURIA DE TITANES
estreno el 31 de marzo


domingo, 1 de junio de 2008

"EL INCREÍBLE HULK

¡¡NADA ES MÁS FUERTE QUE HULK!!

Sinopsis: El científico Bruce Banner sufre las irreparables consecuencias de un fallido experimento científico. La exposición a los rayos gamma ha despertado en él un ser terriblemente poderoso e incontrolable, una masa de músculos y bestialidad de color verde que despierta cuando sus pulsaciones se aceleran en exceso. Obligado a apartarse de su colega y prometida, la Doctora Elizabeth Ross, se esconde en una favela en Brasil buscando por todos los medios una cura a su enfermedad. Mientras tanto, el General Thaddeus Ross, padre de su prometida, le busca insistentemente a toda costa con el único fin de que el ejército pueda hacerse con el poder que reside aletargado en la sangre de Banner.

Ni la Marvel ni el público parecieron estar de acuerdo con lo que el brillante Ang Lee hizo del mítico hombre verde. Cuando rodó “Hulk” (2003), el realizador taiwanés pretendió al personaje con la humanidad que merece. Le proporcionó un trasfondo humano, complicando tal vez en exceso las relaciones que unían al protagonista con el resto de personajes, y trabajó –tal vez también en exceso– su pasado para que el espectador se sintiera más identificado con él. Fue una película marcadamente reflexiva, rozando la introspección, pero pecó en la falta de un poco más de acción. Por eso la Marvel quedó tan decepcionada con el producto final y se empeñó en empezar de cero, olvidando por completo la película de Lee.
Era importante repasar este histórico porque así comprenderemos por qué “El Increíble Hulk” (Louis Leterrier, 2008) cambia por completo todo el equipo titular. Además de a Ang Lee, dejaron en el banquillo a Eric Banna, Jennifer Connelly y Sam Elliott, y sacaron al campo a Edward James Norton, Liv Tyler y John Hurt en sus respectivos papeles. Han insistido todos hasta la saciedad en decir que “El Increíble Hulk” arranca de cero, que lo hace olvidando por completo a “Hulk”, pero lo cierto es que no han querido chafarse los dedos, y que ha sido más bien una advertencia al público para asegurarse que irán a verla: en esta nueva entrega se pasa de puntillas por la transformación de Banner en Hulk (se da por entendido que la gente ya lo ha visto en la versión de 2003), y comienza con el científico en una favela brasileña, mientras que “Hulk” terminaba casualmente en una selva sudamericana, por lo que en cierto modo retoma un poco el testigo dejado por Lee.
Cierto es que han conseguido salir airosos en su empeño de inyectarle más acción a la película. Han ganado mucho con el elenco de actores escogidos (especialmente Edward Norton, John Hurt y un siempre brillante Tim Roth), ya que consiguen proporcionarle a la historia toda la profundidad humana que necesita con diálogos escasos y escenas pobres, abandonando el metraje prácticamente a la acción, las luchas, los efectos especiales y las persecuciones.
Sin embargo, el savoir faire de los actores consigue salvar el apartado de las relaciones humanas, añadiendo al valor final de la cinta algo sin lo cual Hulk no sería mas que un monstruo verde dando puñetazos y saltando de un lado para otro para que no le atrapen. Es de agradecer, en ese sentido, que hayan tenido la prudencia de elaborar correctamente este aspecto, sin el cual “El Increíble Hulk” no sería más que otro experimento infográfico impactante pero sin alma, destinado al soporífero consumo veraniego, al estilo de la lamentable “Transformers” (Michael Bay, 2007).
Ayuda muchísimo la potente banda sonora compuesta por Craig Armstrong, autor de partituras tan sugerentes como lo fueron las de “Moulin Rouge” (Baz Luhrmann2001), “El americano impasible” (Phillip Noyce, 2001) o “Elizabeth: la Edad de Oro” (Shekhar Kapur, 2007), y que resonará en la cabeza del espectador mucho después de haber acabado el visionado de la película.
Es de destacar la evolución conceptual y técnica que ha sufrido el diseño infográfico de Hulk, que luce un verde más grisáceo, no tan llamativo, y una musculatura mucho más fibrada, así como un rostro de expresión severa, brutal, que le confiere un aire primitivo y salvaje sin llegar a abandonar esos ramalazos de humanidad domesticada que sufre cuando ve a su querida Beth.

Es muy sugerente el guiño que se incluye cuando Banner sufre la transformación y se le ponen los ojos verdes, ya que esas escenas están presentadas del mismo modo en que lo estuvieron en la serie de TV y las consecuentes películas de las décadas de los 70 y de los 80. Tampoco le faltan los cameos, por supuesto, desde el clásico de Stan Lee hasta el merecidísimo de Lou Ferrigno (quien por cierto le presta la voz a Hulk las pocas veces en que habla, al igual que ya hizo en la de Ang Lee), pasando por otro de Robert Downey Jr. al final de la película que es de lo más especial, y que despertará pasiones entre aquellos espectadores que posean un cerebro más imaginativo.
Son especialmente memorables dos secuencias de la película: la primera de ellas la del campus de la universidad, donde el ejército intenta atrapar a Hulk; y en segundo lugar el enfrentamiento final de Hulk con Abominación, de lo más grande en cuanto a duelos de superhéroes en la gran pantalla. Vamos, cien por cien Marvel.
“El Increíble Hulk”, en resumen, es una propuesta cargada de adrenalina y de espíritu de cómic, un producto de lectura amena y metraje veloz, bastante fiel a su fuente en cuanto a espíritu –salvo en el modo en que Banner se convierte en Hulk, que tampoco representó correctamente Ang Lee–, y que dejará un buen sabor de boca en el espectador, quien incluso podrá llegar a lamentar que no haya más minutos por delante.
A modo de posdata, hay que agradecer a los realizadores que por fin expliquen por qué durante la transformación se le rompe toda la ropa salvo los pantalones. De no ser por ellos, seguiríamos pensando que sólo es debido al intolerante puritanismo yankee.
Y a disfrutar, pues como él mismo dice, “nada es más fuerte que Hulk”.

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