FURIA DE TITANES
estreno el 31 de marzo


domingo, 2 de diciembre de 2007

"ALIEN VS. PREDATOR: REQUIEM"

ALIMAÑAS DEL ESPACIO

Sinopsis: La tranquilidad de la ciudad de Gunnison se verá quebrantada por un acontecimiento sin igual: una nave extraterrestre se ha estrellado en los bosques que lindan con la pequeña población. Lo que nadie espera, es que hayan sobrevivido algunos de sus ocupantes, una raza alienígena peligrosísima que utilizará a cuantos humanos se encuentre por el camino para incubar en ellos a sus crías. Por suerte o por desgracia para la raza humana, otra especie extraterrestre ha seguido el rastro de la nave siniestrada. Se trata de una raza depredadora de la anterior, con una tecnología superior a cualquier otra. El enfrentamiento entre todos ellos, desencadenará una lucha de proporciones épicas, no sólo por la supervivencia de sus respectivas especies, sino por el propio dominio del planeta en que se libra, la Tierra. Lo que nadie sabe aún, es que hay una cuarta raza inmersa en el conflicto: el Predalien.

Dos monstruosos clásicos del cine de ciencia-ficción son los que sirven de punto de apoyo a la franquicia que nos atañe: “Alien, el octavo pasajero” (Ridley Scott, 1979) y “Depredador” (John McTiernan, 1987). Casi una década separaba a estas dos increíbles criaturas, pero eso no fue impedimento para que, prácticamente desde que apareciera el depredador, comenzara a gestarse en distintos foros la idea de enfrentarlos en una misma película. Recuerdo que todo comenzó con un par de preguntas muy sencillas: ¿por qué el Alien tiene ácido por sangre? Y, ¿para protegerse de
qué?. El guiño a esta posibilidad se dejó ver en “Depredador 2” (Stephen Hopkins, 1990), cuando vemos el interior de la nave, con los trofeos que atesora el Depredador. El ojo más avezado descubrirá que hay un cráneo de Alien entre los trofeos.
Alien vs. Predator (Paul W.S. Anderson, 2004) vio la luz sin demasiado optimismo. Su director optó por presentar las mejores escenas de acción posibles entre las dos criaturas, conocedor tal vez de que el listón dejado por Scott y McTiernan era demasiado alto para intentar rebasarlo, y creó una película destinada al puro entretenimiento, y a la creación de una franquicia (AVP) que movería mucho dinero en el ámbito de los videojuegos, cómics y merchandising de toda clase.
Ahora pretenden revitalizar dicha franquicia con AVPR, o lo que es lo mismo, “Alien vs. Predator: Réquiem”, que en España han titulado “Alien vs. Predator 2” (Colin y Greg Strause, 2007), conscientes tal vez de lo único que pretende ser esta película. Se encontrarán frente a una extensión de su predecesora, cuyo mayor mérito parece ser el de incluir a un nuevo protagonista: el Predalien. Concebido como una mezcolanza entre ambos extraterrestres, supondrá el mayor aliciente de la cinta, que difícilmente consigue superar a su predecesora.
Esta vez la acción se sitúa en la Tierra, intentando transmitir con ello un mayor desasosiego al espectador, quien deseará que los humanos se aparten del medio para, por lo menos, disfrutar de los minutos en que las dos razas se enfrentan a muerte. El hecho de que sea un único Depredador quien se enfrente a todos los Aliens, supondrá otro de los aspectos más notables de esta producción, donde el ser humano apenas se convierte en un mero vehículo para expresar nuestros propios sentimientos, y de paso no convertir la película en un monólogo de ininteligibles gruñidos extraterrestres. Exceptuando al Predalien y su nuevo sistema de procreación (incuba los huevos directamente en su huésped y en mayor número, por lo que la procreación es mucho más rápida), el resto es más de lo mismo.
Al menos servirá para que las nuevas generaciones repasen estos dos grandes clásicos de la ciencia-ficción, y para que los incondicionales se tomen su correspondiente dosis alienígena. Para el resto, vayan con la sola idea de disfrutar de las escenas de acción que, a pesar de los esfuerzos, y por el hecho de no ser en absoluto novedosas, no llegarán a entusiasmarles como es debido. Eso sí, el duelo final entre el Depredador y el Predalien, no tiene precio.

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